El amor y su esencia.
Creo que el amor es la esencia más pura del bien. Que es la mano tendida, el abrazo sincero de afecto, la solidaridad, la sonrisa que nace desde adentro y también la bondad... que con el tiempo suele florecer.
Ese amor puro y sin aditivos es el que no espera nada a cambio, es el amor que ama porque asà lo siente. Aunque como consecuencia natural suela refrescarse con el movimiento espiral bonito de dar y recibir.
En las parejas por ejemplo se suele buscar que el amor sea recÃproco para que se disfrute de un sano convivir. Ahora bien, si la balanza de ese amor suele estar muy descompensada, es una demostración palpable de que existe exceso de egoÃsmo y ausencia de un amor de calidad, incluso a veces de amor... propio.
No es cuestión de equiparar las cargas como algo matemático y milimétrico, es cuestión de amarse mejor y mutuamente, y en consecuencia la balanza del amor tendrá un fluir armonioso.
El amor también suele ser como una canción pegadiza, que no nos cansamos de bailar y bailar. Es la caricia, es conversar plácidamente con uno mismo si nos amamos bien, o con quien amemos y nos acompañe en este viaje circunstancial que es el vivir.
El amor es el detalle, el recuerdo bonito, lo simple y lo sencillo, es el beso que brota como un manantial y no el que se da por costumbre o por compromiso.
El amor al recibirlo es un regalo, solo que duele perderlo...
Sentir el amor de otro ser, es algo tan hermoso, ¿cómo no quererlo siempre con uno,¿ cómo no desear atesorarlo, ¿cómo desprendernos de algo que sentimos que nos da vida?
¿Cómo vivir sin ese regalo?
Después de perder ese rayo de luz que nos mantenÃa en un cálido vivir... En algún momento luego del pasar del tiempo, nos damos cuenta de que estamos rodeados de regalos amorosos. Y de que vivir es uno de ellos. No es fácil ese tránsito. A veces se hace como un nadar en mar abierto y revuelto, que pareciera que no tuviera final. Pero se consigue, se logra, se sana, se vuelve a disfrutar de las mieles del vivir mientras nos reencontramos con nosotros mismos y nos vamos amando poco a poco, sin miedo a ser felices de nuevo, como un precioso delfÃn saltando alegre del agua mientras disfruta de la apasionante aventura de existir.
Amar sin temor a perder lo amado, vivir como si la vida fuera el más preciado de los regalos, y saborear esta deliciosa existencia... cómo lo que es, una oportunidad maravillosa para ser, sentir y vivir.
Que el amor sea nuestro combustible... Dejemos a un lado todo aquello que nos pese, conozcámonos mejor a nosotros mismos, conozcamos mejor a nuestros afectos y a quien tengamos por pareja de vida. Y si no fluye el amor dentro de una relación, luego de intentarlo varias veces, de buscar soluciones para que renazca, quizás es momento de conversarlo y de tomar otros rumbos, de vivir nuevas experiencias, sin odios, rencores, ni nada que nos impida disfrutar del viaje de vida que estamos recorriendo. Son cosas que cada quien debe sopesar en una conversación profunda ,larga y sincera con uno mismo.
Hagamos que el vivir sea un fluir bonito y no arrastrar una carga.
Que vivamos con amor, comprensión y decisiones que nos ayuden a caminar sin prisa y disfrutando de un mundo que nos aguarda.
Cambiemos el egoÃsmo que tengamos, por amor propio, y el amor limitado que se suele suministrar, por un amor bondadoso que no nos impida dar lo mejor de nosotros mismos.
No tengamos miedo a ser felices
Quizás decirnos cosas desde el afecto es mejor que callarlas, quizás buscar ser felices sea mejor que perdernos en momentos grises que nos van marchitando la existencia.
Ser felices en el convivir y también en el vivir. Pero ser felices de la mejor forma posible.... ser felices vibrando en el amor... porque al fin y al cabo... Te lo mereces...
Un abrazo con mucho afecto de un servidor. Roberto Waker D.
Video con el audio del texto. Voz : Roberto Walker D.